No existe target más codiciado que el de una madre millennial. Son mujeres nacidas entre los años 1980 y 2000, que compran por internet, son adictas a Instagram y tienen capacidad de influencia en su entorno. Los dispositivos móviles son su objeto más preciado porque les permiten conciliar su vida personal, familiar y profesional. Las marcas que quieran desarrollar marketing digital para conectar con esta generación tienen que tener en cuenta que este nuevo perfil es más abierto y participativo, pero también más exigente. ¿Estarán a la altura para cubrir sus necesidades?
Una de las principales obsesiones de una madre es el ahorro del tiempo e internet es una herramienta indispensable para conseguirlo. Según el último estudio ‘Showroomprive Smart Shopping Satisfaction’, el 40 % usa el smartphone y la tablet mientras ve la televisión. Su segundo lugar favorito para conectarse es el baño. En el ranking de lo más buscado figuran los cupones descuento, las recetas y las opiniones de comunidades de madres prescriptoras.
Así es como el informe Marcas y Blogosfera Maternal dibuja el perfil de una madre conectada, “mujeres que necesitan imperiosamente compartir sus dudas, miedos, alegrías y inseguridades con otras personas, es decir, crearse un entorno amigo que se ha denominado la tribu 2.0”. “Una lectora se fía más de lo que yo le hable de lo contenta que estoy con la silla de paseo de mi hija, que de leer una información en una revista. En una revista puede conocer el producto, ver la foto, pero en un blog puede leer la experiencia del uso de la silla, si es cómoda de plegar, si se cae cuando quitas al niño y llevas bolsas colgando… e incluso preguntar a la autora sobre más detalles”, cuenta en el informe, Cruz Cantalapiedra del blog Entre Madres.
Claves para conectar con las madres de forma efectiva
Si queremos conectar con estas madres millennials, el primer paso será acercarnos a nuestro público de forma real. Preocuparse por los temas que realmente interesan y resolver sus preocupaciones. Estas mujeres están realmente abiertas a interactuar con las marcas que puedan aportar un extra y mantengan un discurso coherente. Se buscan empresas responsables, comprometidas y que no tengan miedo al cambio. Estamos en plena revolución de hábitos de consumo y las reglas ya no las impone la industria.
Cada vez más marcas eligen a influencers para hacer llegar su mensaje. Pero las blogueras alertan que la formula del todo vale no funciona y a lo largo de estos años se han producido numerosos puntos de fricción con las marcas. La plataforma Madresfera nace en el año 2011 con el objetivo de profesionalizar el contacto entre blogueras y marcas así como convertirse en portavoz de sus debilidades e intereses.
Otro colectivo interesante es Mammaproof que aglutina a padres que quieren hacer de las ciudades mejores lugares para vivir en familia. Su último proyecto, Foodie Kids Revolution, es un movimiento que pretende implicar a diversos sectores de la sociedad y a las marcas con el objetivo de aficionar a los niños al buen comer. Iniciativas como esta nos demuestran que las madres (y los padres) millennials tienen mucho que decir y tienen mucho más poder de lo que pensamos.
